viernes, 8 de enero de 2010

Sobre la comunidad LGBT

Expongo aquí dos respuestas que encuentro prudentes hacer constar en la red. Ambas referentes a los derechos que se adquiren en las comunidades de convivencia, recientemente aprobadas en el Distrito Federal, México.

Primero, ¿por qué es un tema de debate legítimo? Existen posturas que sostienen temas de otro orden como más relevantes. Dicen, "eso no nos toca a todos" -no cito a nadie, sino más bien quiero hacer notar el espíritu del argumento. Con ello, quieren decir que tal vez el trabajo, el tráfico, la violencia y la delincuencia sean esas cosas que vale la pena discutir. Entonces esos son los que deberían debatirse, y no si se debe permitir el casamiento (u otra figura similar) entre parejas del mismo sexo.

Pero la política es la administración del poder. Quien logra poder es porque lo ha tomado, de una otra forma, legítima o ilegítimamente. Esta comunidad tiene derecho a que sus temas sean tratados en cualquier lugar porque ellos han puesto el tema sobre la mesa. Y por eso es parte del deabate, y por eso tienen tanto o incluso más derecho que quienes se preocupan por los temas "de importancia", pero que no han logrado organizarse del mismo modo. Entonces quedan lejos del poder y del panorama político del que no son parte.

El segundo es la posibilidad de adopción, donde la postura en contra sostiene que un tercero está expuesto a situaciones "anormales".

A mi no me importa demostrar si es normal o no, y mi debate (al aire, tal vez) empieza con una pregunta: ¿Cuál es la finalidad de una familia?

Todo por el puto de Esteban Arce.