miércoles, 19 de diciembre de 2007

Apología de lo análogo

Increíble. Hasta Björk se molesta en el Sonofilia porque su interpretación es vista a través de pululantes pantallas de LCD. Es decir, muchos de quienes fueron usaban sus celulares con cámara para fotografiarla y grabarla en audio o video. O bien, usaban cámaras digitales que caben en un bolsillo, frías cámaras digitales que tienen zoom de 1x, 2x, 5x, 10x y así... Celulares con resolución de varios megapixeles. Los cuales sin embargo, no alcanzan a tomar mas que una imágen mediocre: saturada, sobrexpuesta por las luces del escenario, subexpuesta si estás lejos, a veces cercana, a veces lejana. En fin, no se ve nada. Pero a veces sí. Y sí se ven o no, no importa porque de todos modos es tan fácil mandarla por bluetooth o por Internet o por donde sea. Al final de cualquier concierto todo el mundo puede tener tantas fotos como una agencia de prensa, incluso más rápido. Con un celular con cámara eres más rápido que una agencia de prensa. Ni modo que todos los granaderos se pusieran a recoger celulares con cámara. Eso no se puede. No se pueden recoger las invisibles cámaras digitales que cada vez son más pequeñas.
Pero si llevas una cámara análoga, una Canon reflex de 1976 con un objetivo de 50 mm. (uno de esos que solo sirven para enfocar entre un metro y hasta el horizonte, pero no para acercar la imagen), entonces te dicen: "Con esa cámara no puedes pasar. ¡Menos con ese lente!"



Ni cómo decirle al personaje que te recoge los boletos que tu flamante AE-1 no te va a servir mas que para tomarle fotos a tí y a tu acompañante, porque ni siquiera tienes flash y la película es de 400 ISO. Ni como decirle que la llevas porque tu celular tiene flash, pero no cámara (ustedes ya saben, de esos Nokia viejitos que tienen un led para alumbrar la almohada). Los dos aparatos son inofensivos en situaciones como el Polvofilia. 

A las 11:30, yo a un lado de la fila y Björk en su helicóptero. "Señor policia, ya de perdis déjeme pasar asi nadamás, le juro que no me voy a parar en el escenario para tomarle fotos a dos grupos que ni conozco".

El colmo es que cuando por fin pude deshacerme de la cámara a través de una amiga que ya salía "Al fin ya tocó Björk" (sic.),  volví a la fila. Me indigné cuando intentaron revisarme.


T.M. - Ya me revisaron tres veces, soy el güey de la cámara.
Guardia - Pásale, perdón.


Quince metros adelante me encuentro a un granadero con quien platique a un lado de la fila. 


Granadero - ¿Y tu cámara? ¿Qué le hiciste?
T.M. - Ya la dejé. 
Granadero - ¿Con los de la entrada?
T.M. - Sí, con ellos. (Pfff).


Y así pasé un litro de tequila y una cajita bien forrada. 


Hay quienes dicen que es lo mismo disparar con una pistola o con una cámara. Algunas tienen silenciador, y otras parecen magnum. Ya que soy teniente, tengo una magnum, pero que dispara balas de salva. 


3 comentarios:

Laura Yaniz dijo...

Agh... vaya, mi cámara ha sufrido ese tipo de discriminaciones...

Sr. Teniente, es necesario llevar armas cargadas a dnde les temen?

Anónimo dijo...

O.o?
No tengo cámara... pero me imagino lo duro que ha de ser :p

Pero hacer entender aun poli las complejidades de un aparato así, ha de ser más fácil que el que mi madre entienda que un libro es una inversión y no "pinche bola de papel que está ahí no´mas arrumbada"

Seductra dijo...

Ni modo, eso de ser periodista con pseudónimo de la armada con todo y aparatos medio obsoletos-por demás hermosos y de nostalgia prestada-tiene sus consecuencias. Salvaste tu hermosura afortunadamente y eso es lo que importa.De Björk..cuando sea rica y poderosa y tu también nos largamos a Islandia a verla entre los hielos al lado de nuestros cuates los Sigur Rós. Felices fiestas cristianas a ti también Malasombra.
Te quiero mucho.
P.S. Entre mi multiple junk de cambiadera de recinto me topé con algunas cositas tuyas. Pídemelas en enero.